Carrera complicada, en la que entraste junto a otro niño a la llegada; ambos cruzásteis a la vez la línea de meta y, realmente, no se podía saber el ganador. Sin foto finish, el resultado quedó a decisión de la percepción de un chaval del staff, y te dieron el segundo puesto.
Pero no sin antes —por un error de la organización—, ya llegando al final de la prueba, giraste por un sitio que no estaba bien señalizado.
Te hicieron
parar y volver atrás para retomar el recorrido, y aún así remontaste. Quien
ganó la prueba iba unos 15 metros detrás de ti durante toda la carrera, en
quinta posición. El fallo organizativo afectó a los cuatro primeros
clasificados. Pero así es el deporte: aprender a superar obstáculos, aceptar
tropiezos y entender que no siempre hay justicia deportiva.
Lo más importante es sacar lo mejor de uno mismo, y eso lo hiciste. Y de
eso, hijo mío, sí puedes estar orgulloso.
Carrera de Picanya-Torrent
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