Con todo mi corazón, me siento un privilegiado de tu evolución como persona. Detrás de esta imagen:
Hay valores que encierran un poder inmenso: actitud, motivación, esfuerzo,
sacrificio, constancia y paciencia. No son solo ideas bonitas —son las
herramientas con las que se construyen los sueños. Y empezamos a ver tu progreso y tu evolución, que iremos observando a lo largo del tiempo. Ponemos como ejemplo tu entrenamiento en Calestenia, que llevamos apenas 3 días entrenando:
Tú, hijo mío, con solo 9 años, ya tienes algo que muchos olvidan: un corazón fuerte, una mente curiosa y unas ganas de superarte que me emocionan.
Cada vez que corres, entrenas, te caes y te levantas, estás dando forma a algo más grande que un resultado: estás forjando tu carácter.
Algunos no creen aún que serás el mejor en aquello que te propongas, porque solo te observan desde su ego.
Pero el tiempo lo dirá, y no tengo la mínima duda que marcarás
diferencia en aquello que te propongas
Tener actitud significa mirar los retos de frente y decir: “¡Puedo con
esto!”.
La motivación será tu gasolina cuando parezca que nadie te ve.
El esfuerzo será tu mejor amigo en los días difíciles.
El sacrificio, ese pequeño precio que se paga por algo grande, te enseñará
a valorar cada logro.
La constancia hará que un día, sin darte cuenta, seas mucho mejor que ayer.
Y la paciencia... esa es la que más enseña. Porque los sueños que valen la
pena no se cumplen de golpe, se construyen, paso a paso, con fe y con tiempo.
No te olvides nunca de quién eres ni de todo lo que puedes llegar a ser. No
te compares con nadie. Solo compárate con la mejor versión de ti mismo.
Estoy contigo en cada paso, orgulloso, emocionado, y lleno de amor.
Sigue soñando, sigue creciendo. Yo siempre estaré aquí, animándote.
Tu papá.
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