Ese animal que durante tanto tiempo en la historia ha puesto su fuerza al servicio de la humanidad.
Compañero inseparable en los grandes logros del ser humano, necesario en
competiciones deportivas, pieza fundamental en el transporte, recurso de
trabajo incansable en el campo, guía con otros animales e incluso, en algunos
momentos, fuente de alimento, e instrumento de guerra.
Hoy, gran parte de aquellas funciones han sido reemplazadas por máquinas, y el caballo se ha convertido casi en un atractivo turístico, en un recuerdo vivo de nuestra historia.
Pero basta un paseo para redescubrir su energía, su
inteligencia y su compromiso.
En medio de la naturaleza, acercándonos a ellos, descubrimos que no son solo fuerza: son seres entrañables, sensibles, bellos e inteligentes.
Y cuando
los miramos de cerca, entendemos que lo que nos regalan no es solo compañía,
sino también una lección silenciosa de nobleza.
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