31/7/25

225. Sueñas triunfar en el Jiu-jitsu, y por eso entramos en una nueva escuela de verdaderos profesores

 


Seguimos en el camino, desde entornos sanos para crecer y tener oportunidades. Un nuevo cambio en tu vida, nuevos espacios deportivos donde desarrollarte con motivación y mentalidad positiva, sin dar lugar a etiquetas que resten en tu camino, solo oportunidades que te sumen.

El Jiu-jitsu te encanta, y a ello te dedicarás también, sin nada ni nadie que te frene, y con toda la ayuda que necesites. Solo Dios sabe que eres todo un triunfador. La opinión de cualquier otro ser humano es una mota de polvo en el Universo, y mucho menos quienes te desvaloren. Rodéate de positivas y bellas personas en este camino hijo mío.

Ahí estaremos acompañándote, y no tengas la mínima duda que triunfarás, es tu sueño, y nadie va a soñarlo por ti.

En este página refiero desde hace ya mucho tiempo aspectos positivos y con una mirada optimista de nuestra vida. Esta vez, sin dejar de tener esa mirada, si quiero hablaros sobre una característica de personalidad de personas sobre las que hay que protegerse: EL NARCISISMO.

Imaginaros un Centro de Artes Marciales donde un profesor adiestra a niños, y entre ellos está su propio hijo. Cuando los programas de entrenamiento giran alrededor de su hijo, teniendo los demás niños un papel secundario, y específicamente aquellos con mejores cualidades solo sirven para fomentar el progreso de su propio hijo como sparrings, y por ello aguantan allí, porque manipulados creen que también esta estrategia del narcisista sirve para que avancen sus hijos. Esto sería solo un detalle si al mismo no se sumaran otros incluso mucho más negativos.

A veces uno se da cuenta de que no todos los entornos son sanos para crecer, y menos cuando se trata de tu hijo.

Cuando todo gira en torno a que progrese solo uno de los niños de la escuela, el hijo del profesor, y el resto queda en segundo plano. Cuando los entrenamientos entre niños se organizan de forma jerárquica, no para que todos aprendan, sino para que unos sirvan de soporte al avance de otros, despreciándose cualidades de los que avanzan más lentamente.

Cuando se desvaloriza públicamente a un niño delante del resto de los padres, sin estar los del niño presentes y escuchándolo el propio menor, hablando incluso de que no sirve para algo, sin pensar en lo que esas palabras dejan como huella en el menor. Cuando las oportunidades no se reparten con justicia. Cuando solo vale una opinión. Cuando todo lo que no está organizado por esa figura, es despreciado o tachado de “estafa”, y te resta posibilidades de crecimiento.

Y además, cuando el ambiente es tenso, porque la persona que dirige se enfada con facilidad, y todo el grupo acaba caminando con cautela, con miedo a molestar, con sensación de que no hay espacio para la libertad, ni para el error, ni para crecer de forma sana.

Un niño necesita referentes que acompañen, no que impongan. Que inspiren, no que se sirvan de él. Que abran caminos, no que lo encierren en uno solo.

A veces, dar un paso atrás es el mayor acto de cuidado y el comienzo de algo mejor. No se trata de huir por miedo al narcisista, a quién ya no hay que dar oportunidades de discusión, sino de encontrar espacios sanos de desarrollo personal, y en un entorno sin miedo ni tensión. Y en nuestro caso, lo decidimos quizás demasiado tarde, pero de todo se aprende y somos libres para seguir progresando en paz, fuerza y dignidad.

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